Las reconstrucciones históricas están de moda, y las máquinas de asedio no podían ser una excepción. Ya hemos visto que ello es algo al alcance de proyectos escolares, aunque lo más frecuente es encontrarse con reproducciones de estos ingenios en castillos franceses e ingleses, donde a veces se disparan para solaz de los turistas.
La máquina que más éxito tiene es el trabuco (también conocido como trabuquete o fundíbulo), ya que es una de las más grandes y sofisticadas de toda la Edad Media. Podía alcanzar el tamaño de una grúa actual, y funcionaba mediante contrapeso, sistema desconocido durante la Antigüedad Grecorromana. Los trabucos son tan populares que existen portales especializados, donde existe la posibilidad de comprar kits de montaje, libros, e incluso simuladores informáticosEn la Exposición puede contemplarse un modelo a escala muy reducida (izquierda), acompañado por un vídeo en el que se ve cómo se carga y dispara este ingenio. Pero, a pesar de su aparente complejidad, mucha gente se ha animado a realizar sus propias réplicas totalmente funcionales. Veamos algunos vídeos como ejemplo tanto de uso turístico como lúdico.¡Hasta uno que hizo un niño con su abuelo!
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